En esta segunda entrada de
“Loczy”, se hablará de los puntos de vista que sacamos entre toda la clase y,
además, me gustaría acabar con una reflexión final propia.
Durante la puesta en común de
ideas se dijeron muchas cosas interesantes y se debatió si nos parecía bien,
mal, que nos había llamado especialmente la atención, etc.
Se habló, entre otras cosas, de
la importancia de la empatía, de que no había que proyectar sentimientos pero
sí sentir. El/a niñx decide, elige, hay que tener mucha paciencia y, algo que
nos llamo mucho la atención por el tema de sentimiento era “el cojín de la
rabia”. En la escuela infantil había un cojín que, cuando lxs niñxs se
enfadaban, se desahogaban con él.
Otro punto que se trató, fue el
hecho de que a lxs niñxs se les trataba como a adultos, lxs niñxs son personas
llenas de emociones, no muñecos de
juego. Dicen, y estuvimos de acuerdo en que hay que respetar su ritmo para
poderse ganar su confianza, aceptar a lxs niñxs tal y como son, eso es el
verdadero respeto. Una frase que nos gustó mucho sobre esto fue: “Aprender a amar es saber respetar”.
En Loczy, su tarea es la de
llegar a encontrarse y no perderse, que lxs niñxs consigan su propia autonomía,
que se sientan libres. Además, otra cosa que también se persigue es el
bienestar del/ niñx, para ello dicen que observan para encontrar el remedio,
pero que no les importa tanto el origen de éste. En este punto hubo
controversia de opiniones.
Para conseguir esto, las
educadoras no les dan todo hecho a lxs niñxs, sino que lxs niñxs tienen que
aprender por sí mismos. Como ya hemos dicho, respetan el ritmo de todxs, le
aceptan, lo único que hacen en ayudarles poniendo palabra a lo que experimentan,
verbalizando.
Esto nos lleva a que, como he
dicho en la anterior entrada, las educadoras hablan muchos con los niñxs.
Además, no hay secretos entre esta “comunidad”, saben que pueden hablar con las
profesoras, les tratan como a un igual y les hablan de forma tranquila y calma,
con un tono de voz pasivo.
Por otro lado, las educadoras
están muy seguras de lo que hacen, ya que tienen un gran respeto hacia lxs
niñxs y a su proceso de aprendizaje, por lo que cuestionan si lo que hacen
favorecen a estxs niñxs, para sacar lo mejor de cada personita y de ellas
mismas y hacerlo lo mejor posible.
En cuanto a la relación con las
familias, sorprendió mucho la confianza que había, entrabas en el aula,
esperaban a que el/a niño/a se tranquilizará, había mucha confianza entre ambas
partes. En mi caso, algo que me llamó mucho la atención, e incluso me conmovió,
fue como hablaba una de las educadoras con una madre de un niño, esta madre fue
una niña que estuvo en el orfanato con esta “cuidadora”, y quería que su hijo
le trataran de la misma forma que a ella. Me pareció algo bastante bonito, el
ver como una niña se crió en un orfanato, después tuvo una familia, creció y,
cuando tuvo a su hijo, quiso que volviera con la persona que le crió en modo de
escuela infantil.
Un último tema que a todxs nos
dejó impactados, fue el hecho de que a lxs bebés les sacaban a dormir la siesta
en la calle, iban muy abrigados, pero fue algo que nos llamó extremadamente la
atención, por lo menos a mi me dejó con la boca abierta.
No se trataron muchos más temas
relevantes, por lo que me gustaría ir cerrando esta entrada con mi reflexión
final, sobre la película, lo que se trató y lo que salió de mí al verla.
En primer lugar me parece un
método muy innovador, algo de lo que no estamos para nada acostumbradxs en esta
sociedad, pero que muchas cosas podrían ser muy buenas para nuestro sistema
educativo. Me encanta que hablen a lxs niñxs de la manera en la que lo hacen y
les tengan en cuenta en las decisiones y se les deje ese punto de libertad, sin
salirse de los límites establecidos. Creo que aquí, en muchas ocasiones se
hacen las cosas demasiado rápido, queriendo sacar lo mejor de cada niñx
enseguida y, aun sin dejarles la libertad que necesitan, se pasan mucho antes
de los límites establecidos.
Por otra parte, creo que Loczy ha
hecho una gran labor con el orfanato y con lxs niñxs de la escuela infantil, ya
que han llevado consigo grandes valores. Sin embargo, no puedo estar de acuerdo
en todo. Por ejemplo, cuando hablan de que ellas buscan los remedios pero no el
origen del problema, creo que es un gran error. Muchas veces puedes resolver el
problema, pero, en mi opinión, el sentimiento, el pensamiento, la sensación se
queda dentro del/a niño/a y en un futuro puede volver a surgir. Creo que hay que
saber resolver el problema, pero también el saber de dónde procede para
evitarlo.
Aunque piense esto, creo que se
ganan con creces la confianza de lxs niñxs, y es algo que me parece
imprescindible, lxs niñxs confían en ellas y saben que están ahí cuando las
necesiten y viceversa. Se ayudan mutuamente, las educadoras, y mi incluyo,
solemos aprender más de lxs niñxs que lo que ellxs pueden aprender de nosotrxs.
Las educadores les ponen palabras a sus emociones y a todo lo desconocido que
sucede a su alrededor y consiguen un gran desarrollo, en todos sus sentidos.
Junto a todo esto, me gustaría
añadir que el término “cuidadoras” que se utiliza en la película, no es de mi
agrado. Nosotrxs no cuidamos nada, educamos, ayudamos a lxs niñxs a descubrir
el mundo que les rodea y a ellxs mismos, siendo ellxs lxs verdaderos
protagonistas de este proceso.
A pesar de todo, me parece que
“Loczy” es un gran ejemplo a seguir, donde podríamos coger algunas ideas y
adaptarlas a nuestro sistema, ya que como he podido comprobar, lxs niñxs crecen
felices, completados, con ganas de descubrir, desde el respeto y la confianza,
y eso es lo que de verdad importa.
"Foto" sobre las reflexiones realizadas en clase.
Fuente:Propia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario