domingo, 6 de enero de 2019

LAS COMPETENCIAS Y LAS EXPERIENCIAS.


Sobre este texto realizamos una exposición mi compañero Lander y yo, que al finalizar la reflexión se adjuntará el Power Point utilizado para ésta. Nos habla de las actividades, las actividades marco y la relación de cuidado, nos aporta ejemplos, sobre actividades dirigidas y programadas, los talleres de las inteligencias , el juego y sus diferentes puntos de vista, el juego del niño y de las niña y la acción de la persona adulta. Al finalizar el texto, aparecen diferentes juegos para realizar con lxs niñxs.

Al hablarnos de las actividades, nos habla de la importancia de la observación en todo momento, para así, desarrollar las actividades adecuadas en la escuela infantil. Además, nos señala la existencia de dos etapas metodológicamente distintas: los proyectos marco y los proyectos dirigidos.

La primera hace referencia a las actividades relacionadas con la cotidianidad y tiene que ver con la inteligencia cultural. La segunda etapa, se refiere a las actividades que se organizan sobre el terreno, las cuales sirven para la experiencia de día a día y que, a raíz de esto, se organiza el plano didáctico, es decir, son las situaciones, instrumentos y actividades propuestas y reelaboradas por lxs educadorxs.

Algo que se resalta en el texto es que algunas experiencias persiguen desarrollar aspectos cotidianos y globales de la infancia y, otras, pueden privilegiar la adquisición de habilidades dirigidas.

Seguidamente, se nombran las actividades marco y relación de cuidado. En la vida diaria de lxs niñxs, la curiosidad y las ganas de explorar están presentes en todo momento. Por lo que, es imprescindible, que lxs niñxs estén bien y tengan un desarrollo sano: relaciones de cuidado.

En educación el término es asimilable al de bienestar y mantenimiento de un estado positivo. Es obvio que la educación tiene como finalidad la transmisión de los conocimientos y los valores que una sociedad considera esenciales, y entre estos aspectos, también se encuentra la relación de cuidado, al fin y al cabo, todo el mundo siente la necesidad de ser atendidx, en especial, lxs niñxs.

Según Mortari, lo que suele ocurrir a través de la práctica de cuidado es que tomen forma pensamientos y emociones que orientan a quien la practica hacia finalidades y objetivos. En mi opinión, esto es algo primordial, ya que lxs niñxs van organizando sus pensamientos y emociones para un futuro desarrollo más sano.

Algo esencial que nombran son las rutinas, esas que se repiten cada día y prevén evoluciones y cambios, estas son: la acogida por la mañana (acoger a lxs niñxs que llegan con sus familias y tener un tiempo para ellxs, que se adapten poco a poco), el cambio de pañal (una rutina imprescindible, donde aparece el afecto y el bienestar en un momento íntimo para el/a niñx), la comida (un momento de autonomía para lxs niñxs, se ponen la bata, comen solxs, a veces se les ofrece ayuda…), el descanso (una vez han comido, llega el momento de la siesta, algunxs solxs, otrxs con una mantita, una mano tuya…) y la despedida al mediodía o por la tarde (después de la jornada lxs niñxs esperan a sus familias, y puede ser un buen momento para informar a éstas).

Una pregunta que se plantea el texto es: ¿qué hace la persona educadora cuando se encarga de cuidar a un niño o una niña o a un grupo?

El texto está de acuerdo con la postura de Mortari, la relación de cuidado como práctica se desarrolla en tres direcciones: hacerse responsable (tener la conciencia de vulnerabilidad del otro), tener respeto (que esta relación de cuidado no se transforme en posesión o control del otro), actuar de forma desprendida (tener gratitud, ofrecerse a algo, tener una experiencia como destinatario de actos de dedicación es algo necesario para un crecimiento sano).

Después, nos encontramos con las actividades dirigidas, “la escuela infantil debería ser un lugar de niños y niñas pensados”, es decir, un/a buen/a educador/a debe hacer todo lo que hace teniendo siempre presente a los niños y las niñas. Para ello, se resalta la importancia de la reflexión sobre lo que se hace y sobre el por qué se hace lo que se hace, volver a pensarlo de una manera más profunda.
Por actividades dirigidas entendemos todas las propuestas, directas o indirectas, con el fin de de favorecer el desarrollo de lxs niñxs. Para ello, existen dos maneras de intervención:
-         -  Por ocasiones informales. Se presentan durante el transcurso del día, no están previstas.
-       - Actividades programadas. Son puestas a punto por el educador o la educadora y tienen un objetivo preciso.

Adquiere un papel importante, una vez más, la observación constante y sistemática, aunque todo esto puede tener un riesgo, puede que algunas habilidades se estimulen y otras pueden quedar a la sombra.
Hay un gran paso evolutivo, desde una dependencia total hasta una independencia plenamente alcanzada. Las propuestas de de Kuno Beller correspondientes a las áreas de desarrollo identificadas son: la autonomía, el conocimiento del entorno, el desarrollo social y emocional, el juego, el lenguaje, el desarrollo cognitivo (reacciones sensoriomotoras, conciencia del objeto y pensamiento preoperatorio), motricidad general (placer funcional, control del cuerpo y movimiento direccional) y motricidad fina (aferrar, manipular y habilidades manuales).

Al pensar las actividades programadas, se tiene en cuenta que lo que rodea a lxs niñxs no está solamente compuesto por objetos y personas, sino que también por signos y sistemas de signos, es importante el entorno y tener en cuenta el principio de pluralidad de las inteligencias para programar y organizar las actividades. La programación debe ser una capacidad del/a educador/a y que sea un proceso educativo pensado, no improvisado.

Más adelante, se habla de los talleres de las inteligencias. Es importante tener en cuenta que un taller no debe ser instrumento forzante, tener finalidad productiva, buscar resultado o ser una imagen, un taller debe tener objetivo de apoyar y favorecer el desarrollo, favorecer la percepción y la organización del pensamiento, ser un lugar de tutoría, de desarrollo social, tener cierta lentitud, independencia y síntesis.

Por último, el juego. El juego es la base de la infancia, de ahí viene todo lo demás. A la escuela se la considera como lugar de juego, no vale siempre con dejar jugar a lxs niñxs, es buena una pequeña intervención del educador/a, para favorecer éste. Como hemos dicho antes el juego es una necesidad del/a niño/a. Creo que hay momento para todo, lxs niñxs deben jugar solxs, tienen una gran capacidad de creación, si que estoy de acuerdo que la intervención de lxs profesorxs de vez en cuando es buena, siempre y cuando sea indirecta y no forzosa.

Algunos puntos de vista de Erikson sobre el juego son: la autoesfera (el/a niño/a juega con su propio cuerpo), la microesfera (juega con lxs que le rodean) y la macroesfera (la relación con el ambiente social en la escuela infantil). Según Piaget hay tres etapas: juegos de ejercicio, juego simbólico y juego de reglas. En opinión de Donald Winncott: habla del área transicional, la estimulación oral, luego fuera de sí mismo. Para final, Vigostsky, alerta sobre el riesgo de intelectualizar el juego, algo que ocurre en las personas adultas.

Las personas adultas tienen un papel importante, nosotxs lo tenemos, ya que tenemos la posibilidad de recoger la información necesaria y sabemos las funciones del juego, es algo que permite explorar, constructivo, algo comunicativo y tiene una gran función creativa e inventiva.

A mí, solo me hace falta decir una cosa, sobre todo a lxs niñxs, pero también a adulto: ¡Juguemos!

Luego aparecen juegos, de los cuales elegimos uno para poner en práctica en clase: “LA OVEJITA”.


Fuente: Propia. "Lander y yo en la presentación".


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